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domingo, 28 de julio de 2013

Cine imprescindible: Freaks

Freaks constituye una de las obras cinematográficas más impactantes de todos los tiempos. Estrenada en 1932, su argumento se nos antoja tan sencillo como improbable al girar en torno a un enano, Hans, una trapecista, Cleopatra, y su amante, el forzudo Hércules.

A pesar de haber heredado una inmensa fortuna, Hans trabaja en un circo junto a su prometida, Frieda. Impresionado por la belleza de Cleopatra, es incapaz de prever que las atenciones de la trapecista no son más que una argucia para seducirle y quedarse con su dinero.

La idea de hacer la película fue sugerida a Tod Browning por su amigo Harry Earles, que él mismo padecía de enanismo aunque, según otras fuentes, habría sido el director artístico Cedric Gibbons, amigo de la infancia del escritor, quien le habría hecho llegar la historia.

A pesar del éxito que había obtenido con Drácula, Tod Browning tendría que hacer frente a muchos problemas e inconvenientes para poder completar esta película. El reparto inicial formado por Victor McLaglen, Myrna Loy y Jean Harlow, declinaría finalmente aparecer en una película con tamaña colección de “fenómenos de feria”.

El ilustre escritor F. Scott Fitzgerald, que ya había publicado The great Gatsby y trabajaba como guionista de MGM, se negaría a comer delante de tan encantadoras e inofensivas (siempre que no hayas visto la película) criaturas. A esta protesta se unirían otros ejecutivos hasta conseguir que, salvo la pareja de enanos y las hermanas siamesas, todos los demás deformes, tullidos y minusválidos del rodaje de Freaks comieran lejos de su vista y fuera del comedor.

Por otro lado, para Olga Baclanova, que asumió el papel de la cruel trapecista, ya supuso un enorme esfuerzo conocer a sus compañeros de reparto, así como completar el rodaje de la película, pero por el efecto contrario: la empatía que le despertaban.

El productor Irving Thalberg sí se mantuvo al lado de director, defendiendo su calidad como cineasta ante las críticas por hacer una película como ésta. Hasta que las primeras proyecciones causaron auténticos estragos a causa de la reacción de un público abrumado por tan impactante dosis de realidad y asqueado con algunas secuencias, lo que llevó a efectuar él mismo un nuevo montaje de la película.

Irónicamente, la versión sin cortes se convertiría en un fugaz y fulgurante éxito. Entre las secuencias eliminadas figura la castración de Hércules, que tuvo una respuesta demasiado intensa y negativa. También se añadió una secuencia a modo de epílogo, con la intención de proporcionar un final más feliz.

Afortunadamente para un servidor, permanecieron otros momentos más insólitos, como esa secuencia en la que ese ser sin brazos ni piernas es capaz de encenderse un cigarrillo o cuando se arrastra por debajo de un carromato en medio de una tormenta nocturna con un cuchillo entre los dientes.

Salvo por una sola secuencia de la película, no hay efectos de maquillaje. Todo lo que en ella se ve es real y auténtico. Algo que no se pudo digerir en la época, todavía asolada por los estragos de la Gran Depresión. Como consecuencia, Freaks acabó siendo prohibida en los Estados Unidos de América, así como en el Reino Unido, que sólo la estrenó en las salas de cine en 1963.

Un pase especial realizado en el festival de Venecia facilitaría el (re)descubrimiento de una película peculiar, insólita y original como muy pocas.

Y eso a pesar de que, en realidad, se trata de un relato sencillo que sirve como escaparate de unos personajes que, si bien están apartados de la sociedad por su aspecto físico, albergan las mismas emociones y sentimientos que los demás. (Extracine)

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