Buscar

jueves, 11 de julio de 2013

Johnny Depp reencarna en la piel de TORO

Su llegada al proyecto de ‘El Llanero solitario’ fue en una etapa muy inicial. ¿Podría decirse que has sido el origen de esta película?

No, creo que había oído rumores acerca de El llanero solitario y de que Jerry (Bruckheimer) iba a producirla. Yo estaba trabajando en la cinta The rum diary con Bruce (Robinson) en Puerto Rico, y había encontrado una pintura de un guerrero indígena norteamericano con el rostro pintado a rayas. Le pedí a mi maquillador, Joel Harlow, quien es un mago, que me ayudara a armar un personaje. Hicimos el maquillaje y llamamos a Peter Mountain, fotógrafo, para que tomara imágenes. Fuimos al aire libre, en medio de unos asquerosos pastizales, y comenzamos a tomar fotografías. Peter las imprimió, me las mostró y yo pensé: ‘Sí, creo que lo hemos encontrado. Ahora necesita cobrar vida’. Llamé a Jerry y le dije:

‘Mira, cuando esté de nuevo en Los Ángeles, me encantaría reunirme contigo’. Y así nos encontramos y le entregué cinco o seis fotos. Jerry expresó: ‘Es fantástico.

¿Quién es?’. Yo respondí: ‘¡Soy yo!’ y Jerry comenzó a decir: ‘¡Por favor! ¿Puedo llevarme estas imágenes?.

Por supuesto, le dije que sí: ‘Claro; llévatelas y muéstraselas a todos los muchachos’. Por mi parte, también se las mostré a Dick Cook (expresidente de Walt Disney Studios) y las respuestas fueron muy positivas porque para ellos, creo, había un cierto parecido con el Capitán Jack Sparrow; era un personaje similar al Capitán Jack. Todos estaban muy entusiasmados, incluyéndome a mí, y luego fui a ver a Gore (Verbinski), para que dirigiera la película. ¿El aspecto de Toro permaneció similar a esa primera imagen inspirada en la pintura del guerrero?

Sí, es exactamente así, pese a que no tenía el vestuario en ese momento. Yo estaba sin camiseta y me había adornado con cosas colgando de mi cuello. En esas primeras fotografías el maquillaje era el mismo. El único cambio que hizo Joel fue que agregó textura a la pintura blanca, para que pareciera una suerte de barro, como la arcilla, lo que Toro lleva en su rostro. ¿Y qué puedes decir acerca del pájaro que Toro lleva en su cabeza? ¿De dónde salió esa idea?

En la pintura, el guerrero tenía franjas pintadas sobre su rostro, ligeramente diferentes de las que utilizamos para Toro, pero eran líneas. Lo que captó mi atención de esa foto fue que era como ver cuatro fracciones del hombre, diseccionadas. En la pintura, detrás de él, había un cuervo volando. A primera vista pensé que el cuervo estaba sobre su cabeza. No era así, pero decidí que lo mejor que podía hacer era tomar un pájaro muerto y colocarlo sobre mi cabeza, como un espíritu guía. Todos pensaron que debíamos probarlo; es muy intenso (risas). Eso fue todo; el ave se convirtió en la guía espiritual de Toro.

¿Es todo parte del proceso de construir el personaje?

Sí. Una vez que comienzas a reemplazar tu propia piel con la del personaje, especialmente con uno como Toro, tú lo construyes. Era importante ver que este hombre había tenido muchas experiencias.

¿Cuánto tiempo demoraban en maquillarte?

Yo me pasaba en el departamento de maquillaje un par de horas diarias. A veces decidía ir a casa con el maquillaje puesto para ahorrar tiempo al día siguiente (risas). No era cómodo y lucía divertido, pero valió la pena, creo. En algún momento mencionaste que el personaje de Jack Sparrow tenía una forma definida desde el primer momento. ¿Ocurrió lo mismo con Toro?

Ocurrió algo bastante parecido. Una vez que empiezas a jugar con las ideas, a hacer dibujos y cosas de ese estilo, las ideas vienen a ti como lo hacen cuando estás en el set; encuentras otra pequeña chuchería que puedes agregar a la escena o un momento divertido que ocurre durante el día. Pero sí, estaba todo prácticamente listo.

¿Mirabas ‘El llanero solitario’ cuando eras niño?

Sí, lo hacía. De hecho, ver El llanero solitario era una de las cosas que normalmente hacía en casa cuando era niño. Recuerdo que siempre me identifiqué con Toro. Incluso siendo pequeño, me preguntaba por qué el indígena era el compañero, y no porque el Llanero Solitario fuese irrespetuoso en su trato con Toro, sino que yo simplemente pensaba: ‘¿Por qué él es el tipo que tiene que hacer esto y aquello? ¿Por qué no es él el héroe?’. Eso siempre estuvo en mi cabeza. Desde niño me habían contado que tenemos algo de sangre indígena en nuestra familia… Quién sabe cuánto exactamente; quizás es muy poco, no lo sé, a pesar de que mi bisabuela por parte materna, tenía todo el aspecto de indígena, con trenzas y todo. Ella era una mujer hermosa; vivió hasta los 102 años y masticó tabaco hasta el día en que murió. Era una mujer increíble.

¿Fue ella quien te contó acerca de tu herencia indígena?

Sí. Habíamos oído hablar de ello cuando éramos niños, por eso creo que queríamos saber más acerca de los nativos americanos y deseábamos averiguar todo lo posible sobre nuestra herencia y nuestros ancestros. Cuando ves películas de vaqueros, los indios siempre están retratados como salvajes, como los malos, algo que nunca me gustó. Así que, cuando jugaba a los vaqueros, a los cinco o seis años de edad, yo quería ser el indio. Ahora, tantos años después, puedo interpretar a Toro, lo cual me parece genial. La única forma de hacerlo, para mí y para los indígenas americanos, era interpretarlo con gran dignidad e integridad, y a la vez con mucho humor acerca del hombre blanco y las cosas que ellos hacen. Este es mi pequeño tributo a ellos. Fue una forma de devolver y restablecer el equilibrio por la manera en que habían sido maltratados en el cine durante muchos años.

¿Hay una bonita simetría en tu interpretación, no te parece?

Sí, eso espero. No he visto la cinta pero sé lo que hice y conozco a Gore, y desde la primera vez que nos reunimos con Justin Haythe (coguionista), el tema central era “¿Estamos tratando bien a los nativos? ¿Estamos haciendo esto de la forma correcta? No cometamos ningún error”. Para mí, la idea era retribuirlos de algún modo.

Tu interpretación de Toro es muy diferente de las encarnaciones vistas en la Tv. ¿Cómo has hecho a Toro relevante en la actualidad?

Creo que es relevante porque, para mí, a pesar de que se ha hecho mucho cine acerca de los nativos americanos, generalmente Hollywood los ha tratado bastante mal. Y lo que yo quería hacer era interpretar este personaje no como el compañero de El Llanero Solitario. Quería representarlo como un guerrero y un hombre de gran dignidad e integridad. Es mi pequeña contribución para intentar corregir los errores que se han cometido en el pasado.

¿Qué es lo que Gore aporta, que lo hace un colaborador tan querido?

Tienes que tener un elemento de confianza con alguien con quien trabajas en ese nivel. Para mí, es el alfa y omega de todo. No es algo que suceda fácilmente; tienes que ganarlo y ganarlo. Yo he tenido la suerte de ganar la confianza de aquellos hombres a quienes describiría hoy como grandes amigos, maestros; mentores, en realidad; desde Hunter S. Thompson a Marlon Brando, Bruce Robinson, Tim y Gore. Uno forma estos lazos especiales con el otro cuando consigue tomar los mínimos ingredientes y convertirlos en algo que no se ha hecho aún. Cuando estoy en reuniones de guión con Gore comenzamos a conversar y, de repente, estamos en una situación realmente interesante que se convierte en un tema clave del filme. Nos conocemos tan bien que, creo, él puede adivinar en qué dirección estoy yendo. Puedo arrojar algo y sé que él reaccionará correctamente (ríe).

Has montado a caballo antes, ¿este papel requirió alguna preparación especial?

Un poco. Había montado antes para algunas películas y siempre he sido bueno. Nunca fui malo para montar; el accidente fue sólo una de esas cosas que ocurren…

¿Qué sucedió?

No estoy seguro de que haya sido un accidente; el caballo lo tenía en mente para mí (risas). Habíamos montado muchas horas ese día, por varios caminos, todo había salido bien. Cambiamos de rumbo para acercarnos más a la cámara y los caballos estaban galopando muy aprisa; ellos querían correr. Scout decidió saltar un par de obstáculos y, sí, ¡error de usuario! No sé qué pasó, pero sé que fue muy rápido y muy lento a la vez. Lo raro fue que no ocurrió como uno lo pensaría —uno esperaría estar lleno de miedo o adrenalina—, yo pude ver todo muy claramente: las patas delanteras del caballo, muy musculosas, se movían a una velocidad realmente peligrosa y yo estaba aferrado a sus crines como un idiota, tratando de frenarlo. Y en un cierto momento tienes que tomar una decisión: ‘¿me arrojo y golpeo el suelo por mi cuenta, o espero que sus patas me partan la cara en dos?’ Decidí arrojarme y luego, increíblemente, el caballo se paró en sus patas delanteras y me arrojó. Me podría haber aplastado en cuestión de segundos. Fui muy afortunado de que los instintos de ese animal fueran tan buenos.

¿Qué significado tiene para ti el haber sido adoptado por la Nación Comanche?

Fue un honor enorme. Es increíble. No podría haber soñado con que algo así ocurriera; ellos han sido estupendos y ahora son parte de mi nueva familia. Esta mujer, Ladonna (Harris) es mi par, como se dice en Comanche. Ella es mi par y mi mamá; y ella me llama “hijo”. Cuando te dan la bienvenida, realmente te dan la bienvenida; eso fue un punto alto en la vida para mí.

Hay cierta simetría entre esto y lo que hemos hablado acerca de tu ascendencia, ¿cierto?

Sí, y me encanta. Aún no puedo creer que me eligieran. La producción fue bendecida por los Navajo y los Comanche. Fuimos tratados tan increíblemente bien por esta gente maravillosa y generosa que terminamos teniendo una gran relación con ellos. Ladonna decidió que quería adoptarme en su familia y en la Nación Comanche, y ese fue probablemente el mayor honor que he recibido.

Hablemos del futuro. Personificas a Toro y volverás a interpretar a Jack Sparrow. ¿Hay algún otro personaje que te encantaría encarnar?

Hay cosas que me encantaría experimentar, en cuestión de personajes. Pero he hecho los que siempre había querido; no encuentro ninguno que me cautive demasiado ahora mismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario